jueves, 16 de enero de 2020

Neuronas espejo y juego simbólico

¿Qué son las neuronas espejo?

Las neuronas espejo se activan desde el nacimiento. A los bebés les permite imitar los movimientos de los adultos e ir aprendiendo. Por tanto, son la base de la capacidad innata de imitación, sin la cual el aprendizaje sería prácticamente imposible.

Las neuronas espejo desempeñan un papel fundamental en la planificación de la acción. Básicamente, también nos sirven para realizar una simulación de las acciones antes de llevarlas a cabo. Una de las funciones más interesantes es que las neuronas espejo nos permiten comprender lo que piensan los otros.

Aunque hay neurocientíficos que afirman que las neuronas espejo se restringen únicamente a la simulación de las acciones motoras, existen otros investigadores que consideran que no sería descabellado pensar que también están implicadas en el proceso de simulación de las intenciones de los demás; es decir, que son útiles para inferir las intenciones de otras personas. Por ejemplo, cuando vemos a alguien realizando determinada actividad no nos limitamos a observar sus movimientos motores sino que vamos más allá, no solo analizamos qué está haciendo sino el por qué. Si vemos que alguien se inclina hacia el suelo, no solo simulamos mentalmente sus movimientos sino que nos imaginamos la razón de sus actos, suponemos que está recogiendo algo que se le ha caído. Por tanto, se puede afirmar que las neuronas espejo también nos ayudan a inferir los motivos y pensamientos de otra persona.

Algunas neuronas reaccionan ante el comportamiento de sus congéneres. Se las conoce como neuronas espejo, y se activan al realizar una determinada acción, o al observar esa acción en otro individuo. El ser humano es un ser social que aprende y se desarrolla en comunidad. Los aprendizajes básicos para la autonomía y el desarrollo del niño se producen por imitación. El niño imita el lenguaje que escucha, el movimiento que observa, y las emociones que percibe.

Los canales sensitivos permiten la entrada de información que el niño intentará imitar. Por esta razón, los estímulos o comportamientos que el niño reciba serán de gran importancia. La reacción neuronal y comportamental del niño va a depender de las vivencias sociales que haya tenido durante su crecimiento. Las neuronas espejo, fueron descubiertas por Giacomo Rizzolatti (1996), y son, posiblemente el mayor descubrimiento de la neurociencia en las últimas dos décadas. El desarrollo y activación de estas neuronas son la base biológica sobre la que se sustenta el comportamiento de una sociedad.

Como ya hemos dicho las neuronas espejo se activan por imitación. El movimiento y el lenguaje son las dos acciones que permiten al niño imitar los comportamientos del adulto. El niño aprenderá a gesticular, a modular su lenguaje, o realizar cualquier acción motora a través de la imitación de sus semejantes. Esto da un papel fundamental al juego simbólico, donde el niño imita a pequeña escala los comportamientos de su entorno más cercano. Cuando un niño quiere jugar con una cocinita, unos platos, o un kit médico. No es solo un juego, es la forma que el niño tiene de repetir y practicar las acciones que observa en su día a día.




El juego es el mayor acto de investigación del niño. El juego le permite experimentar a través de ensayo y error. El cerebro creará a través del juego mapas mentales que las neuronas espejo reconocerán para reaccionar en sociedad de una determinada manera. Ponerse en la piel de un bombero, un policía, o un padre de familia, desarrollará empatía hacia las personas y las emociones de los demás.

El juego necesita de desarrollo neutomotor, por tanto, una maduración adecuada de la motricidad fina y gruesa va a permitir al niño desarrollarse en el juego con facilidad. Adquirir la capacidad de pinzar, de gatear o de correr permite al niño interactuar con los demás y con el entorno.

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Un saludo, 


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